lunes, 8 de octubre de 2012

Las enfermedades mas comunes de los niños y niñas de 3 a 5 años

                            

                                   Las enfermedades





Conoceremos enfermedades que varías desde una simple gripe, hasta enfermedades congénitas. Para la explicación de que es la enfermedad, porque se produce, cuales son los principales síntomas a los que debemos tomar en cuenta, como se puede hacer un diagnóstico seguro, como puede prevenirse, como se debe tratar y en que casos es recomendable acudir al pediatra; expondré las diversas enfermedades investigadas por orden alfabético, para que así el uso y empleo de esta guía se facilite para todas aquellas personas que el día de mañana puedan necesitar información al respecto.
La diversidad de enfermedades que se tratarán a continuación, son aquellas más comunes en los niños, aquellas que nos pueden tomar por sorpresa sin saber ni siquiera que existen, y otras que son comunes y fáciles de detectar. ES importante todo este tipo de información.
Como futuras docentes me parece que de es gran importancia manejar este tipo de información que vamos a ver a continuación, ya que nosotras el día de mañana seremos representantes en cierto modo, y tendremos un contacto directo con los niños, así que debemos de estar preparadas para enfrentar diversas situaciones como las enfermedades que algún día puedan presentar nuestros .

  










                      Enfermedades mas comunes  :

  Absesos :
  Es una cavidad cerrada que contiene pus. Su causa primordial es por la lucha de las células defensivas y las bacterias que causan la infección. Una infección se convierte en un absceso cuando ésta queda delimitada por una cápsula, cuyo contenido se denomina pus, que se compone por células defensivas y bacterias muertas. El absceso más frecuente se presenta en la . AL comienzo de la infección la zona circundante al absceso se encuentra roja y . Luego, se reblandece y al final, si no se trata el pus puede acabar saliendo al exterior o mediante una fístula. Se debe tratar mediante antibióticos, y en los casos más serios se debe de drenar quirúrgicamente.

Una variante de esta enfermedad es el absceso retrofaríngeo, que es la acumulación de pus en los tejidos posteriores de la garganta. El absceso retrofaríngeo es una enfermedad que se presenta en los niños, usualmente de cinco años. Los tejidos en la parte posterior de la garganta facilitan la formación de un espacio lleno de pus (lo cual no ocurre en adultos) justo detrás de la parte posterior de la garganta. Esta área puede infectarse durante o inmediatamente después de una irritación de la garganta de origen bacteriano. El niño afectado, que puede tener síntomas de la irritación inicial de la garganta, desarrolla fiebre alta con de garganta muy fuerte, lo cual causa dificultad para deglutir. El absceso en expansión puede causar interferencia con la respiración. Las complicaciones causadas por esta condición pueden ser potencialmente mortales. El absceso retrofaríngeo requiere atención inmediata con el fin de prevenir complicaciones severas.
También se puede mencionar el absceso anal o absceso rectal. Es la colección de pus en la región del ano o recto. Pueden presentarse en un área de fácil acceso para drenaje, o más arriba en el recto. Los abscesos anales superficiales son comunes en lactantes y niños que aún usan pañales y tienen una historia de fisuras anales. El absceso aparece a menudo como una protuberancia inflamada, roja y blanda al borde del ano. El niño puede lucir intranquilo por la incomodidad, pero por lo general no hay otros síntomas sistémicos asociados. La administración de antibióticos y drenaje quirúrgico producen alivio rápido.
Otro tipo de absceso es el absceso en los dientes; absceso periapical o infección dental. Es la colección de material infectado (pus) resultante de una infección bacterial del centro (pulpa) del diente. El absceso dental es una complicación de la caries dental. Puede resultar también de un trauma al diente (como cuando un diente se rompe o es golpeado). Las aberturas en el esmalte dental permiten que las bacterias infecten el centro del diente (la pulpa). La infección puede propagarse desde la raíz del diente hasta los huesos que sostienen al diente. La infección resulta en una colección de pus (tejido muerto, bacterias vivas y muertas, glóbulos blancos) e inflamación de los tejidos internos del diente. Esto causa fuertes dolores dentales. Si muere la raíz del diente, el dolor se puede detener, pero la infección permanecerá activa y continuará expandiéndose y destruyendo el tejido.
Acetona:
Es una sustancia que se produce en el organismo cuando las grasas se queman de forma incompleta. En los niños que tienen fiebre o vomitan es muy común el olor a acetona, parecido al de las manzanas reineta. Su causa principal es por el ayuno o a una aceleración del metabolismo cuando el niño tiene fiebre. En sí mismo se trata de un síntoma que carece de importancia. Para tratarlo se debe tener en cuenta que bajo ninguna circunstancia hay que administrarle al niño agua con bicarbonato, que es una costumbre muy común. Es necesario bajarle la fiebre y tratar los vómitos, en cuanto estos síntomas mejoren, desaparecerá la acetona. Las madres no deben alarmarse si el niño presenta acetona en la orina al levantarse, ya que esto sucede porque el niño ha pasado toda la noche sin comer.

AEROFAGIA:
Es una ingesta de aire durante la comida que provoca eructos, gases y dolor abdominal. Es propia de bebés que comen con ansias o de los cólicos del lactante a consecuencia del llanto. Para ayudar a los niños a eliminar el aire ingerido es útil darles golpecitos suaves en la espalda y, en caso de llanto por dolor abdominal, masajes en la barriga manteniéndolos en la posición de sentados. Existe medicación que reduce la producción de gases por bacterias a nivel intestinal, pero la eficacia de los mismos en los niños es dudosa. El tratamiento más eficaz es prevenir la ingesta de aire mediante una buena técnica de alimentación, por ejemplo no más de 10 minutos en cada pecho, colocar al bebe durante la toma en vertical ligeramente inclinado hacia atrás y hacia la izquierda, dar una expulsión correcta de los eructos, etc.

AMIGADALITIS AGUDA:
Es una inflamación de las amígdalas (órganos de tejido linfoide como los ganglios), de la garganta a ambos lados y detrás del paladar. El tejido linfático constituye la defensa porque es el lugar donde se producen los glóbulos blancos y los anticuerpos. Los gérmenes entran en nuestro organismo por la vía respiratoria y digestiva, las amígdalas están en primera línea de defensa frente al ataque de los agentes infecciosos. La mayoría de las veces la causa es una infección, siendo los virus los gérmenes que con mayor frecuencia la originan, sobre todo en los primeros años de vida. Entre los factores bacterianos, el más frecuente, sobre todo a partir de los tres años es el estreptococo betahemolítico grupo A. El contagio se produce a través del de las gotas de saliva que se producen al toser, por contacto directo con el niño enfermo o por medio de los juguetes.

Los principales síntomas son fiebre alta, dolor de cabeza, dolor abdominal y falta de apetito. El dolor de garganta y el dolor al tragar pueden estar presentes pero no es un síntoma constante. Es frecuente encontrar los ganglios del cuello aumentados de tamaño como respuesta a la inflamación. Las amígdalas se encuentran enrojecidas y con un punteado blanquecino sobre las mismas o con "placas", lo que puede ocasionar un aliento desagradable. Si la causa de la enfermedad es vírica, los síntomas suelen ser menos intensos. El diagnóstico lo debe realizar un pediatra valorando los síntomas clínicos y la exploración de la garganta. El cultivo de exudado de faringe y un test de detección rápida del estreptococo en la garganta permite al pediatra identificar la presencia del único germen importante, el estreptococo. El tratamiento debe dirigirse a la administración de antitérmicos si el niño tiene fiebre y analgésicos si el dolor es importante. Es recomendable ofrecer muchos líquidos y una dieta blanda. En ningún caso los padres deben administrar antibióticos por iniciativa propia. El pediatra indicará la administración de antibióticos durante 10 días para garantizar la completa eliminación del estreptococo beta hemolítico A. Es normal que: El niño tenga menos apetito y refiera molestias al tragar, Tenga fiebre durante uno o dos días. Se debe acudir a urgencias o contactar al pediatra si: La fiebre no cede con antitérmicos, la fiebre persiste más de 3 días, no desaparece la fiebre a las 24-36 horas de iniciado el antibiótico, tiene dificultad para respirar o "babea".
ANEMIA:
Es la disminución del volumen de los glóbulos rojos (hematíes) debajo de los límites considerados normales. La formación de glóbulos rojos es un proceso complejo que requiere de la presencia de determinados nutrientes (hierro, cobre, aminoácido) y de algunas hormonas (eritropoyetina). La proteína contenida en los glóbulos rojos de la sangre y encargada de transportar el hierro se encuentra en su mayor parte en los glóbulos rojos de la sangre y transporta el oxígeno, permitiendo que las células puedan respirar. La aparición de la anemia se ve favorecida en los niños por la presencia de infecciones, problemas en su alimentación, enfermedades heredadas y hasta por el mismo crecimiento. En el caso de los recién nacidos poseen una reserva de hierro que han obtenido de la madre en las últimas semanas de gestación y que son suficiente para cubrir sus necesidades los primeros 5 meses de vida. Posteriormente necesita hierro que procede de la dieta. Particularmente los niños entre 6 meses y los 2 años de edad, la falta de hierro se puede deber a mala alimentación, pérdidas intestinales de hierro secundarias, mínimas hemorragias, etc. La característica más reseñable es la palidez de la piel, de los labios y de las conjuntivas. Suele ir asociada con cansancio, decaimiento y falta de apetito. Se puede diagnosticar con un análisis de sangre (hemograma) que permitirá el diagnóstico de anemia. La observación con el microscopio de una muestra de sangre permite detectar anomalías en las estructuras de los glóbulos rojos que pueden orientar el diagnóstico del tipo de anemia. Para diagnosticar la causa de la anemia se debe realizar un estudio especial.

Una de las variantes de la anemia es la anemia ferropénica, es la forma más común de anemia. Aproximadamente 20% de las mujeres, 50% de las embarazadas y 3% de los hombres son deficientes en hierro. El hierro es un componente esencial de la hemoglobina, pigmento que transporta el oxígeno en la sangre. El hierro normalmente se obtiene a través de los alimentos de la dieta y por el reciclaje de glóbulos rojos envejecidos. Las causas de deficiencia de hierro son: muy poco hierro en la dieta, poca absorción corporal de hierro y pérdida de sangre (incluyendo el sangrado menstrual abundante). También es causada por intoxicación por plomo en niños. La anemia se desarrolla lentamente, después de agotadas las reservas normales de hierro en el cuerpo y en la médula ósea. En general las mujeres, al tener depósitos más pequeños de hierro que los hombres y pérdidas aumentadas por la menstruación, presentan un riesgo mayor para la anemia. Los grupos de alto riesgo son: mujeres en edad fértil con pérdidas de sangre por la menstruación, mujeres embarazadas y lactantes con requerimientos aumentados de hierro, lactantes, niños y adolescentes en fase de crecimiento rápido y personas con una ingesta deficiente en hierro ocasionado por una dieta carente o deficiente en carne o huevos durante varios años.
Lógicamente el tratamiento dependerá de la causa de la anemia. El pediatra debe indicar el tratamiento en cada caso concreto. El niño que nace prematuro, para prevenir la anemia ferropénica, el pediatra deberá de administrar un preparado de hierro, ya que la transferencia de hierro de feto se realiza fundamentalmente durante el tercer trimestre del embarazo. La dieta que debe tener el paciente es de gran importancia. EL hierro es el protagonista en la producción de la hemoglobina porque permite al glóbulo rojo fijar los gases que acarrea. La vitamina B12 y el ácido fólico son necesarios para que todas las células maduren sin ser los glóbulos rojos una excepción. Una alimentación balanceada con verduras verdes, frijoles, lentejas, hígado y todo tipo de carnes, y cereales fortificados. Es importante señalar que la leche no previene la anemia por deficiencia de hierro.
ANGINA:
Es la infección de la faringe y las amígdalas, acompañadas (casi siempre) de fiebres altas y placas o puntitos blanquecinos. Lo que produce una angina es el germen estreptococo betahemolítico. En este caso la mucosa faríngea se vuelve color rojo vinoso y se observan placas purulentas. Debido a que este tipo de angina puede producir complicaciones reumáticas y renales, deben ser tratadas durante diez días con penicilina o algún derivado de este antibiótico. De todas formas, es recomendable consultar al pediatra, aunque las madres no deben alarmarse por una simple garganta congestionada.

ANOREXIA:
Es un trastorno de la alimentación que se caracteriza porque el niño, aunque tenga apetito, se niegue a comer. Inapetencia. Las causas son mayormente psicológicas (sobre todo cuando hay relaciones conflictivas con la madre), pero también pueden ser orgánicas, debido a una enfermedad subyacente que provoca la inapetencia. También puede presentarse por causas funcionales que son alteraciones en el desarrollo del hábito alimentario. En cualquiera de los casos se debe trata por medio de la reeducación de los hábitos alimentarios del niño, y si persiste consultar a un médico especialista.

APENDICITIS:
Es la inflamación del apéndice, un divertículo que se encuentra libre en la cavidad abdominal. Esta inflamación se produce cuando se obstruye el apéndice vermicular y el contenido fecal retenida daña e infecta las paredes del apéndice. Si se llegara a perforar, el contenido intestinal saldría por la cavidad intestinal, causando una peritonitis o la formación de un absceso. Aunque puede aparecer a cualquier edad, la mayoría de los casos son en niños mayores y adolescentes. Se caracteriza por un dolor abdominal que inicialmente está poco localizado y que el niño señala al lado del ombligo. Progresivamente se hace más intenso y el niño lo localiza en la parte inferior, especialmente del lado derecho. Se presentan náuseas y los vómitos posteriores al inicio del dolor. La fiebre no es un síntoma constante. Mientras los niños son más pequeños es más difícil de diagnosticar. Para tratarla se debe proceder quirúrgicamente, es una intervención sencilla que conlleva pocos riesgos y se debe realizar por emergencia para evitar complicaciones.

APERT:
Se trata de una anomalía craneofacial, denominada Acrocefalosindactilia Tipo I, que produce malformaciones en cráneo, cara, manos y pies, además de diversas alteraciones funcionales como: aumento de presión intracraneal, problemas cardiorrespiratorios, deficiencia mental, ceguera, pérdida de la audición, otitis, entre otras. Las causas están entre una
mutación durante el período de gestación, en los factores de crecimiento de los fibroblastos (FGFR2) que se produce durante el proceso de formación de los gametos. Se desconocen las causas que producen esta mutación. Para arreglar estas alteraciones, se requieren varias intervenciones quirúrgicas para descomprimir el espacio intracraneal, mejorar la función respiratoria, permitir el desarrollo normal e impedir que las distintas áreas cerebrales queden afectadas. Cuanto antes se haga la cirugía es mejor, ya que si la hipertensión intracraneal no se trata, puede producir atrofia óptica, ceguera y apnea, además de poner en riegos la vida del niño.
ASMA:
ES la enfermedad crónica más frecuente en la infancia y consiste en un trastorno crónico de las vías respiratorias, lo que da a lugar, en individuos predispuestos, recurrentes de tos, dificultad respiratoria y sibilancia (pitidos). Las causas del asma son complejas y depende de múltiples factores que pueden ser predisponentes o desencadenantes. Los primeros (la predisposición a ser asmáticos) son hereditarios y es frecuente encontrar que los pacientes asmáticos tienen antecedentes familiares (padres, hermanos, abuelos...) con asma y/o enfermedades alérgicas. Además también se conoce donde se localiza el gen del asma, aunque en la actualidad no tiene una aplicación terapéutica. Los factores desencadenantes son de distintos tipos: infecciones respiratorias, polen, ácaros del polvo domestico, hongos (mohos) y levaduras, partículas de la piel de gatos y perros, humo, aire frío u otros agentes climáticos, ciertas comidas o aditivos alimenticios y determinados medicamentos. Otras veces aparece a causa del contacto con agentes irritantes (humo del tabaco) o como consecuencia o complicación de otra enfermedad. También es relativamente frecuente que aparezca después de haber realizado un ejercicio, tras emociones o cambios climáticos, etc. Independientemente del estímulo desencadenante, en todos los episodios de asma los bronquios se cierran (bronco espasmo), la pared bronquial se inflama y su luz se llena de secreciones (hipersecreción bronquial). El asma se caracteriza por episodios recurrentes de tos seca, persistente, habitualmente nocturna, sensación de opresión en el pecho, ahogo y dificultad para respirar. El pitido o sibilancia es la manifestación clínica típica de la dificultad a la salida del aire. Si se trata de un ataque severo, el niño no podrá hablar y puede aparecer cianosis (color azulado de la piel). El diagnóstico se basa fundamentalmente en una historia clínica cuidadosa Las pruebas complementarias (análisis de sangre y radiografía de tórax) servirán al pediatra para apoyar la sospecha diagnóstica y/o descartar otras patologías respiratorias que cursan con clínica semejante. Las pruebas funcionales respiratorias son necesarias para objetivar y cuantificar la severidad del asma y para el manejo terapéutico. Para la prevención es importante realizar un buen control ambiental evitando factores desencadenantes: humo del tabaco, pelo de animales, polvo domestico, evitar la exposición a infecciones víricas (retrasar su ingreso en la guardería). Por supuesto deberemos evitar fumar durante el embarazo y una vez que ha nacido el niño ya que ha sido demostrado que el humo del tabaco es un gran factor desencadenante. Un factor protector es la lactancia materna prolongada, particularmente en los niños con antecedentes familiares de enfermedades alérgicas. El objetivo del tratamiento del niño asmático es conseguir que pueda realizar una vida normal con todo lo que ello significa. Ello incluye:1) medidas ambientales evitando factores desencadenantes; 2) Tratamiento farmacológico; 3) educación al niño asmático y su familia. Entre las medidas ambientales es importante que la habitación del niño tenga un mobiliario sencillo y fácil de limpiar, retirar alfombras, moquetas, cortinas, peluches y cualquier objeto que almacene polvo. Usar aspiradora y no limpiar delante del niño. No es bueno que el niño asmático conviva con animales domésticos con pelo o plumas. Está prohibido fumar en casa o en el coche El tratamiento farmacológico depende de la severidad y frecuencia de las crisis y se basa fundamentalmente en broncodilatadores y anti inflamatorios. El pediatra nos indicará el tipo de fármaco y las dosis adecuadas para cada situación concreta. Una parte importante del tratamiento consiste en la educación al niño asmático y su familia, que debe iniciarse desde el principio. Deben de entender el concepto de asma, reconocer los primeros síntoma, cómo se trata, cómo y cuándo utilizar los medicamentos, conocer el manejo de los distintos aparatos para la administración de los medicamentos inhalados, conocer cuáles son las actividades que no debe realizar el niño y cómo efectuar un adecuado control ambiental. Se debe de acudir a emergencia o consultar al pediatra si: Persiste la dificultad respiratoria tras la dosis de broncodilatador inhalado. El niño tiene mal color (azulado). El niño tiene una tos persistente. Es un bebé menor de 3 meses

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